Cocaína al día siguiente

Efectos a largo plazo de la ketamina

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La ketamina, desarrollada originalmente como anestésico y analgésico, se ha consolidado en los últimos años en la medicina debido a su particular mecanismo de acción y, en ocasiones, se utiliza en el tratamiento de la depresión. Al mismo tiempo, la ketamina ha ganado popularidad como droga recreativa, lo que a menudo conduce a un consumo regular y descontrolado. Las consecuencias a largo plazo de este abuso son graves y afectan tanto la salud física como mental. Este artículo te ofrece una visión completa de los posibles daños a largo plazo que puede causar la ketamina y explica cómo esta sustancia impacta en el cerebro, la vejiga, la salud mental y la vida social.

Cómo el consumo a largo plazo puede dañar el sistema nervioso central

Cambios cerebrales por ketamina

La ketamina tiene un efecto directo y potente sobre el sistema nervioso central, influyendo especialmente en el sistema de glutamato, que desempeña un papel fundamental en los procesos de aprendizaje y memoria. El consumo prolongado puede provocar cambios estructurales y funcionales en el cerebro. Numerosos estudios demuestran que la ketamina, consumida durante períodos prolongados, puede afectar las capacidades cognitivas y la función cerebral en general. Las personas afectadas suelen experimentar problemas de memoria, dificultades de concentración y una disminución en la velocidad de reacción. Además, la capacidad para resolver problemas complejos puede verse reducida por el consumo continuado. Estos efectos pueden persistir durante mucho tiempo incluso después de dejar la droga, ya que el cerebro tarda en recuperarse de estos daños.

Cocaína empaquetada en bolsitas

Consecuencias cognitivas típicas a largo plazo por consumo frecuente

Problemas de memoria: Deterioro a largo plazo tanto de la memoria de trabajo como de la memoria a largo plazo, lo que afecta la capacidad para recordar y para adquirir nueva información.

Disminución de la concentración: La capacidad para concentrarse en las tareas se reduce y puede afectar la vida cotidiana.

Velocidad de procesamiento más lenta: El pensamiento y la capacidad de resolver problemas suelen ser menos eficaces y requieren más tiempo.

Hombre que se mete una raya de cocaína
Consecuencias psicológicas a largo plazo

Ketamina y los efectos en la salud emocional

La ketamina no solo afecta al cerebro, sino también a la psique, y puede alterar el equilibrio emocional a largo plazo. Aunque la ketamina puede mostrar efectos positivos en el tratamiento de la depresión cuando se utiliza de forma médica y controlada, estos efectos suelen invertirse en caso de abuso. El consumo prolongado o intenso provoca en muchas personas un aumento de la ansiedad, episodios depresivos y una mayor inestabilidad emocional. En casos extremos, esto puede derivar en una carga psicológica crónica que afecta gravemente la vida cotidiana. Además, la irritabilidad y la frecuencia de los cambios de humor suelen incrementarse, lo que puede dificultar la interacción social y generar conflictos en el entorno personal.

Consecuencias psicológicas típicas a largo plazo

Síntomas depresivos y ansiedades intensificados: Un fenómeno común que experimentan muchos consumidores es el aumento de la depresión y los estados de ansiedad.

Inestabilidad emocional y cambios de humor: Cambios en el estado de ánimo e irritabilidad aumentada, que pueden afectar la vida social y las relaciones personales.

Alteración de la percepción: La ketamina puede afectar la percepción de la realidad, lo que puede provocar desorientación y sensación de extrañamiento.

Consecuencias físicas a largo plazo: daños en la vejiga y los riñones por consumo crónico de ketamina

Una de las consecuencias más graves y a menudo pasadas por alto del consumo regular de ketamina son los daños físicos, que se manifiestan principalmente en las vías urinarias. El uso frecuente de ketamina suele provocar la aparición de la llamada “vejiga por ketamina”, una inflamación y endurecimiento de la pared vesical que puede resultar extremadamente dolorosa y causar una necesidad constante de orinar. En los casos más graves, el daño en la vejiga puede ser tan severo que se requiere una intervención quirúrgica. Los riñones, responsables de filtrar y eliminar los desechos del cuerpo, también pueden verse afectados a largo plazo por esta sobrecarga. Estos daños suelen ser irreversibles y requieren atención médica permanente para monitorizar y apoyar la función renal.

Posibles consecuencias físicas a largo plazo:

Inflamaciones y daños en la vejiga: Inflamaciones y endurecimientos recurrentes que provocan dolores intensos y molestias crónicas.

Alteraciones en la función renal: Daños a largo plazo que pueden aumentar el riesgo de insuficiencia renal y hacen necesaria una vigilancia constante.

Problemas digestivos: Algunas personas informan de náuseas persistentes y trastornos digestivos relacionados con el consumo de ketamina.

Potencial de dependencia de la ketamina: El riesgo de una adicción psicológica

Aunque la ketamina no se considera una sustancia adictiva clásica como el alcohol o los opioides, sí presenta un alto potencial de dependencia. El consumo regular de ketamina puede llevar a una dependencia psicológica, ya que la droga genera durante un corto periodo sensaciones de euforia, relajación y desconexión de la rutina diaria. Esta sensación placentera puede hacer que los usuarios recurran repetidamente a la ketamina para experimentar ese estado. A menudo, la dosis aumenta con el tiempo debido al desarrollo de tolerancia, y la cantidad originalmente consumida deja de producir el efecto deseado. Esta pérdida de control es típica de una dependencia y dificulta el intento de dejar o reducir el consumo.