Imagina que eres una planta y el viento te sopla constantemente en la cara. Suena incómodo, ¿verdad? Así le pasa a tu planta de cannabis cuando está expuesta a un viento demasiado fuerte. 🌀 El viento provoca que las hojas se sequen y que la planta parezca literalmente "quemada", como si hubiera recibido demasiado sol, aunque en realidad solo fue la brisa fría la que le causó problemas. Las hojas pueden enrollarse, presentar manchas marrones o incluso secarse por completo.
La situación es especialmente delicada si la planta es joven o está en la fase de floración, ya que en ese momento es especialmente sensible. 🌱 La fricción y el flujo constante de aire le quitan la humedad y alteran su equilibrio hídrico. Es un poco como cuando nosotros pasamos todo el día bajo el sol y de repente notamos que nos falta energía.
La buena noticia: ¡puedes hacer algo al respecto! Una malla cortavientos o elegir el lugar adecuado para tus plantas, donde el viento no sople sin piedad, puede marcar la diferencia. Así proteges tu planta de este factor de estrés y te aseguras de que crezca sana y fuerte. 🌿
Así que, la próxima vez que trabajes en el jardín, recuerda: un poco de viento está bien, pero demasiado puede convertirse rápidamente en un problema.
Las primeras señales de quemaduras por viento en el cannabis suelen ser sutiles, pero claramente perceptibles. Notarás que los bordes de las hojas empiezan a amarillear y se curvan ligeramente hacia arriba. Este amarilleo aparece generalmente primero en las hojas superiores, ya que son las más expuestas al viento. Otro indicio es la aparición de manchas marrones o necróticas en las hojas. Estas se producen porque la planta, debido a la exposición continua al viento, no recibe suficientes nutrientes. Si detectas estos síntomas a tiempo, puedes actuar rápidamente para minimizar el daño.
Si tu planta de cannabis muestra síntomas de quemaduras por viento, es fundamental actuar rápidamente para limitar el daño. Primero, debes retirar con cuidado las hojas dañadas para que la planta pueda concentrar su energía en las partes sanas. Esto también mejora la circulación del aire y reduce el riesgo de daños adicionales. Asegúrate de proteger la planta de vientos fuertes en el futuro, por ejemplo, colocando un cortavientos o trasladando la planta a un lugar más resguardado. Además, puede ser útil aportar un fertilizante suave para apoyar el proceso de recuperación.
Después de un daño por viento, es fundamental que apoyes a tus plantas en la recuperación. El primer paso es fortalecer la zona de las raíces mediante un riego regular pero moderado, evitando así que la planta sufra un estrés adicional. Utiliza también un fertilizante fortalecedor de plantas rico en potasio y fósforo para favorecer el crecimiento de nuevas hojas. Además, reducir temporalmente la exposición a la luz puede ser útil para que la planta se recupere completamente sin sufrir estrés adicional por una luz intensa. Recuerda revisar tus plantas con frecuencia y eliminar de inmediato cualquier parte dañada para que la planta pueda regenerarse mejor.
El daño por viento puede aparecer rápidamente en el cultivo si las plantas están expuestas constantemente a vientos fuertes. En interior, debes orientar los ventiladores de manera que solo muevan el aire suavemente, en lugar de soplar directamente sobre las plantas. En exterior, las redes cortavientos, muros o setos ayudan a frenar las ráfagas intensas. Las plantas jóvenes son especialmente sensibles; apóyalas con tutores para evitar que se doblen. Un buen suministro de nutrientes con potasio y fósforo fortalece la planta y la hace más resistente. Con estas medidas, proteges tus plantas y previenes eficazmente el daño por viento en el cultivo. 🌱💨
